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Con Salvador Illa, vuelve Cataluña
Cataluña encara el camino a unas elecciones al Parlament llevando a sus espaldas una década perdida. Casi diez años en los que las fuerzas independentistas han insistido en llevarnos con mucha prisa y a toda velocidad hacia el precipicio. Diez años de gobiernos que nos han dejado una Catalunya dividida, en declive y totalmente agotada: recortes sociales que han generado más desigualdades y menos oportunidades, ningún liderazgo económico ante los retos tecnológicos y climáticos presentes y futuros, ineficacia y falsas promesas.
Las elecciones del 14 de febrero son, pues, una gran oportunidad, única diría yo, para dejar atrás esta larga etapa de prioridades equivocadas y derroche de tiempo y energías. Ahora, cuando la crisis económica y social marcará profundamente el pe¬riodo post-Covid-19, necesitamos un gobierno que esté a la altura, que no esconda la cabeza bajo el ala ni se salga por la tangente, y que lidere un esfuerzo colectivo para afrontar, con determinación y ambición, el reto inmenso que tenemos por delante. Con realismo y unidad. Con optimismo y voluntad compartida de ofrecer las mejores propuestas para la salida de la crisis y de trabajar juntos, convencidos de que haciéndolo de la mano del resto de España y de la UE saldremos mejor adelante.
Cataluña necesita un cambio. Un cambio que ponga al frente del país un gobierno eficaz, que tenga claras y bien enfocadas las prioridades. Un gobierno responsable que se centre en lo que realmente importa: la reconstrucción social, la reactivación económica, y la concordia entre catalanes. Estos son los fundamentos que sostienen las políticas que los socialistas catalanes queremos emprender desde un Govern de la Generalitat presidido por Salvador Illa.
Cataluña tiene que hacer del acuerdo político y de la concertación social las palancas de una prosperidad compartida. Porque estoy convencido que todo el mundo es imprescindible para la construcción de una Cataluña de todos y todas, basada en la realización plena y efectiva de los valores de libertad, igualdad, fraternidad, justicia social, feminismo, solidaridad, equilibrio territorial y ecología. Son precisamente estos valores los que nos empujan a librar la batalla por una sociedad y una economía mejores, más prósperas, más justas y sostenibles, para liderar una etapa de progreso y de prosperidad compartida.
El reto que tenemos por delante en Cataluña es gigantesco, sin duda. Construir un futuro para todo el mundo, superando la división creada por las fuerzas independentistas, no va a ser fácil. Pero Salvador Illa es la persona idónea para liderar la gran empresa de unir a los catalanes alrededor de objetivos compartidos: la justicia social, el progreso económico, el fortalecimiento del autogobierno, la mejora de la financiación, la sostenibilidad.
En España, el gobierno progresista que preside Pedro Sánchez nos proporciona una oportunidad de poder cambiar las cosas juntos, de recuperar el camino de la sensatez y del entendimiento y huir de la confrontación entre identidades y de una anacrónica discusión sobre soberanías. El president Illa permitirá a Cataluña dejar atrás la unilateralidad y desarrollar la agenda del reencuentro, entre todas y todos los catalanes, y con el conjunto de España. Porque solo unidos en la diversidad podremos tomar el impulso necesario para avanzar y dar el salto que los catalanes y catalanas necesitan.
El PSC está preparado, con un proyecto abierto, integrador y progresista, con el mejor programa y el mejor candidato para abrir una nueva etapa para Cataluña con dos objetivos: volver a la política útil y con altura de miras y recuperar la prosperidad compartida que tanto echamos de menos. Con Salvador Illa, vuelve Cataluña.