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Presentación del libro de Raimon Obiols “En tiempos extraños. Doce apuntes contra la decepción política”
El Diccionario de la Real Academia Española define “decepción” como el pesar causado por un desengaño. También incorpora una segunda definición, engaño, falta de verdad.
Este libro constituye un ensayo sobre la cultura política actual.
En catalán se tituló “El temps esquerp”, el tiempo arisco, hosco, áspero, esquivo…
Hay que felicitar a su traductora, Esther Montes, por un trabajo riguroso y de amena lectura.
¿Quién es Raimon Obiols?
Raimon es un gran político de dilatada trayectoria y probablemente un gran desconocido a pesar de un denso currículum público:
Diputado al Congreso por Barcelona, 1977-1984
Miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, 1979-1984 y 1990 a 2000. Fue Secretario de Relaciones Internacionales de 1994 a 2000 y vicepresidente del Partido Socialista Europeo, 1993-1999.
Primer Secretario del PSC, 1983-1996
Diputado al Parlament de Catalunya, 1984-1999
Tres veces candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, 1984, 1988 y 1992.
Presidente del PSC, 1996-2000
Eurodiputado, 1999-2014
Raimon Obiols es, además, un político que ha unido estrechamente reflexión y acción, Es un político culto y leído. De hecho, Pujol llegó a criticarle por esto último y en un debate parlamentario le dijo: “Vostè, Obiols, llegeix massa libres”.
Nacido en 1940, hijo de un conocido pintor, a los 17 años entró a militar en el clandestino Moviment Socialista de Catalunya. De ahí su nombre de guerra Raimon con el que le conocemos a pesar de llamarse Josep Maria. Fue un estrecho colaborador de Joan Reventós y se convirtió progresivamente en un relevante dirigente político del área socialista: Convergència Sociaslista de Catalunya, Partit Socialista de Catalunya (Congrés), y Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE) tras la unidad socialista de la que fue decidido impulsor.
Catalanista, federalista, constructor de la unidad socialista y del entendimiento entre las izquierdas catalanas.
Contra la imagen interesada de un Joan Reventós perdedor, Obiols reivindicó al Reventós victorioso, por el éxito de sus ideas, la solidez del proyecto político que construyó y también por contribuir decisivamente a uno de los pocos momentos de ruptura en el período de la Transición democrática española que supuso el regreso como presidente de la Generalitat de Josep Tarradellas, tras 40 años de exilio y olvido.
Por cierto, aprovecho para saludar a Salvador Illa que tuvo como primer mentor a Romà Planas, que fue secretario de Tarradellas, y que también colaboró a lo largo de mucho tiempo con Raimon Obiols.
Obiols es también un ganador aún sin haber alcanzado la presidencia de la Generalitat, denunciando el carácter populista del pujolismo, primero, y del independentismo, después. Y habiendo forjado el carácter de un proyecto político, el del PSC, que gracias a ello ha sobrevivido a una crisis notable y vuelve a ser hoy el primer partido de Catalunya. A destacar la lealtad de Obiols a un proyecto político que otros, catalanistas como él, abandonaron seducidos por los cantos de sirena del soberanismo.
Cuando se analizan las causas de la resiliencia del proyecto político del PSC no se puede soslayar en lo más mínimo la influencia del pensamiento político de Obiols.
Como he dicho que Obiols no es demasiado conocido, permítanme dos datos que considero relevantes:
Uno: fue uno de los principales redactores del Congreso Extraordinario del PSOE en 1979, el del regreso de Felipe González a la Secretaría General tras el abandono del término marxista en la definición del partido.
Dos: siendo miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y hallándose en Barcelona el 23 de febrero de 1981, decidió trasladarse a Madrid para ayudar a dotar de dirección a un partido cuyos máximos dirigentes estaban secuestrados en el Congreso de los Diputados.
Lo que nos trae hoy aquí tiene más que ver con sus capacidades como pensador y analista. Sí, pensador comprometido y con larga y fecunda experiencia.
Su libro es extraordinario porque no hay demasiados políticos a los que podamos calificar de pensadores.
Soy testigo, admirador y hasta envidioso de la inteligencia política de Obiols, de su capacidad de comprender, razonar y aprender de la realidad, y de tomar decisiones con ese fundamento.
En este sentido, el libro que presentamos hoy es una verdadera guía para orientarnos en estos tiempos extraños que nos ha tocado vivir.
Raimon Obiols como dirigente siempre aspiró a que sus seguidores fuesen cada vez más sabios, críticos y libres, y no meros integrantes de un rebaño mediocre. Eso es lo que distingue a los verdaderos líderes, y los diferencia de los caudillos.
La reflexión permanente de Raimon Obiols sobre la política en general y la política concreta, le ha llevado siempre a denunciar la manipulación de los sentimientos y las emociones para ponerlos al servicio de lo peor de la política.
El libro que hoy presentamos es un libro bien trabado, organizado en doce apuntes, que nos permite entender lo que pasa, reivindicando la política, la buena política, advirtiendo contra la decepción política y analizando la complejidad, la incertidumbre, el malestar, la crispación, la manipulación de las emociones, la simplificación y la polarización que demasiado a menudo definen la política actual en Cataluña, en España, en Europa y en el mundo. Es, por lo tanto, un buen ensayo de cultura política.
No hallarán recetas en el libro, pero sí pautas de conducta tan útiles como necesarias. Subrayo dos de ellas:
- El federalismo de los hechos, un método de diálogo, negociación y pacto, de concertación, con el objetivo de solucionar problemas concretos
- La “common decency” de la que hablaba George Orwell. La honestidad, los valores de la gente común y corriente, gente decente, la solidaridad entre y con los más desfavorecidos, por encima de cualquier ideología totalizadora que practique el sometimiento al poder. Se trata de la revolución de la gente sencilla, su moral intuitiva, que siempre sabe bien todo aquello que no debe hacerse.
Obiols propugna la alianza entre los optimistas de la voluntad y los pesimistas de la inteligencia de los que escribió Gramsci. También le gustaría, como a Serrat, que ganasen los que suelen perder.
Obiols nos alerta sobre el ritmo frenético que se ha impuesto a la política, que impide la imprescindible reflexión sosegada. Y nos alerta contra el estúpido populismo que se fija objetivos inalcanzables, y que antepone la fantasía a la imaginación, que diluye al individuo en una masa enfervorizada, que se somete a la supuesta voluntad de la nación.
A mi juicio, una de las principales reflexiones del libro es la advertencia de Obiols contra el gran peligro que supone la legitimación de proyectos políticos a partir del falso supuesto de la “nación amenazada”. De ahí derivan todos los males: victimismo, demonización del otro, búsqueda y persecución constante del “enemigo interior”, el quintacolumnista. Eso es el nacionalismo, el que se define en contraposición al otro, ensalzando las propias virtudes y negando todo defecto, la afirmación constante de que todo se hace bien y que lo que no sale bien es responsabilidad de otros.
Estas reflexiones le permiten a Obiols hacer una magnífica disección del “procés”, y también de alertar a los agitadores del “España está en peligro” que hoy gritan “Sánchez o España” o “que te vote Txapote”. Los que quieren “derogar el sanchismo”.
Frente a todo ello, una línea de conducta: la política responsable, aquella que tiene en cuenta las posibilidades reales y concretas de aquello que promete, y que es consciente de las consecuencias de las acciones y las decisiones que toma.
Sosiego contra el vértigo.
Socialdemocracia contra el “sálvese quien pueda".
Prudencia ecológica contra depredación ambiental.
Dar más peso a la realidad y al conocimiento científico que a bulos y creencias, hechiceros y milagreros.
Con unos principios muy claros y concretos:
- libertad humana
- igual dignidad de las personas
- respeto a la verdad
- rechazo de la injusticia y la dominación
- cuidado de los equilibrios y los paisajes del planeta
- cultivar el legado de quienes nos han precedido
En resumen, se trata de defender:
- POLÍTICA DECENTE
- POLÍTICA ÚTIL